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Andrés Gando A. Oct. 7, 2025

Cómo evitar multas por clasificación incorrecta

Una partida arancelaria mal asignada no es solo un error técnico: es una falta que puede costar caro.

La clasificación incorrecta de mercancías genera una cadena de consecuencias que inicia con observaciones aduaneras y puede escalar hasta sanciones económicas, paralización de carga, pérdida de beneficios arancelarios y procesos de control posterior. Por ello, es fundamental comprender el impacto real de este aspecto y actuar con criterio preventivo.

Clasificar correctamente no consiste en encontrar un código que “se parezca”, sino en aplicar criterios técnicos basados en descripciones objetivas, composición del producto, uso principal y normativas internacionales. Cada partida arancelaria establece no solo los tributos aplicables, sino también los documentos exigidos, la unidad de medida oficial y posibles restricciones u observaciones. Cuando se declara bajo una subpartida que no corresponde, la autoridad puede interpretar el hecho como subdeclaración, evasión tributaria o incumplimiento normativo.

El problema muchas veces comienza en el origen. Facturas con descripciones genéricas, falta de criterios técnicos o copia de códigos usados en operaciones anteriores sin validación real aumentan el riesgo de error. Además, depender exclusivamente del proveedor o del agente de aduana para determinar el código puede ser riesgoso. La responsabilidad legal sobre la información declarada recae sobre el importador, y es él quien asume las consecuencias si la clasificación es observada o recalificada por la autoridad.

Para reducir estos riesgos, cada importador debería establecer un procedimiento técnico interno que incluya:

  • Revisión de descripciones técnicas completas del producto (nombre funcional, composición, uso, presentación)
  • Validación de la clasificación con base en las Reglas Generales de Interpretación del Sistema Armonizado (RGI)
  • Análisis de notas legales de capítulo y subpartida
  • Comparación con resoluciones de clasificación previamente emitidas por la administración aduanera
  • Aplicación de herramientas de validación asistida, cuando se trata de productos complejos o con múltiples componentes

En operaciones con altos volúmenes o mercancías sensibles, también es recomendable contar con informes técnicos elaborados por especialistas en clasificación arancelaria. Estos informes, además de sustentar la decisión tomada, pueden ser utilizados en caso de observación o requerimiento por parte de la autoridad. Algunas empresas optan incluso por realizar consultas técnicas previas a la nacionalización, especialmente cuando se trata de productos nuevos en su línea de importación.

Prevenir errores de clasificación es también una estrategia para proteger beneficios arancelarios. Un código mal asignado puede hacer que la mercancía quede fuera del alcance de un tratado comercial o de una exención tributaria, aun si el producto calificaba técnicamente. Esto representa no solo una pérdida

económica directa, sino también una oportunidad desaprovechada en la gestión de costos logísticos.

Cada operación es distinta, y los detalles importan. La experiencia ha demostrado que las empresas que operan con procesos claros y validaciones técnicas previas no solo evitan sanciones: también logran mayor fluidez en el despacho, reducción de demoras y una mejor reputación frente a los entes de control.

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